Castrillo de Villavega

El municipio de Castrillo de Villavega se encuentra situado entre las comarcas de Tierra de Campos y la Vega-Valdavia. El pueblo está formado por dos núcleos urbanos que son: Castrillo de Villavega, que es el principal y en el cual se hayan el Ayuntamiento y el Juzgado de Paz; y el segundo, Villavega. A pesar de ser una localidad de pequeñas dimensiones, es muy rica en patrimonio.

Su castillo, conocido comúnmente como El Mulatero, fue quien dio origen al pueblo. Construido en el siglo X, se eleva sobre un talud en las inmediaciones del Río Valdavia, lo que le confería una posición estratégica en cuanto a defensa del núcleo poblacional. No es hasta el siglo XII que adquiere su mayor esplendor, cuando el rey Alfonso VIII dona el castillo a la Orden de San Juan de Jerusalén. En  el siglo XIX fue destruido con el fin de utilizar sus materiales más nobles en la construcción de la torre de la iglesia, además gran parte de sus sillares fueron empleados en la parroquia de la población de Villota del Duque. Hoy en día solo se conservan sus ruinas, las cuales son visitables, y alrededor de ellas, se ha construido un mirador desde el que poder observar los entornos del lugar.

El centro neurálgico se encuentra en la Plaza Mayor, que antiguamente se encontraba totalmente porticada como era tradicional en la zona. Hoy en día solo se conservan algunos de estos soportales, conteniendo uno de ellos una gran casona, que contrasta con otra que está considerada como una de las casas con la fachada más pequeña del mundo, no superando la misma el metro y medio de luz.

De entre todos sus monumentos, los más destacados son: la Iglesia de San Quirico, del siglo XVIII pero con orígenes en la época románica, destacando su portada. Los artesonados mudéjares del Humilladero del Bendito Cristo y de la Iglesia de San Andrés (Villavega). El barrio de bodegas, en donde se mezclan construcciones tradicionales con bodegas más modernas. Antiguos molinos de harina entre los que sobresale el Molino del Concejo. Varios palomares con formas distintas. Además, cuenta con diversas casas construidas en piedra, que dan un toque distintivo a la localidad.

Para todos aquellos amantes de la naturaleza, también podrán disfrutar de lugares de una belleza inigualable como por ejemplo Los Paredones, grandes muros de tierra formados por la erosión que ejerce el Río Valdavia sobre ellos. También se puede caminar por las inmediaciones del río hasta llegar a una vieja fábrica de lino que posteriormente funciono como fábrica de luz.

A todo esto debemos sumarle las diversas fiestas, tanto patronales como culturales. Entre ellas destacan la Semana Santa con su tradicional canto de la Pasión de Cristo. Los patrones San Quirico (16 de junio) y Santa Leocadia (9 de diciembre). La fiesta de la Trilla, el primer fin de semana de agosto. El día de las cuadrillas, y la cada vez más multitudinaria Rutavones.