Iglesia de Santa Eulalia

La iglesia de Santa Eulalia se emplaza al este del caserío de la localidad, muy próxima al puente que salva las aguas del río Pisuerga, conjugando ambos recursos una idílica imagen digna de fotografiar. Impone la gran espadaña del templo, construida en el siglo VXII por Jacinto de los Cuetos, se afronta al poniente con gran estilismo y elegancia. Se configura en dos cuerpos y ático, con siete vanos donde aloja las campanas.

Su origen data del siglo XVI, con reminiscencias de épocas anteriores. Se configura en tres naves separadas por pilares, que se cubren con bóveda de crucería estrellada. Aloja un coro en alto, que abarca toda la anchura del edificio, en su bajo se ubica el baptisterio, protegido por una celosía de madera. Una bella pila bautismal del siglo XVI preside este entrañable espacio.

La nave del templo, gracias a seis imponentes pilares que aportan una gran diafanidad al espacio del culto, muestra en toda su dimensión la gran magnitud del templo. La cabecera acoge tres capillas, la mayor tiene la misma altura que el cuerpo de la iglesia, se cubre con bóveda de cañón con lunetos. Las capillas laterales se cierran con buenas puertas de forja y en este caso son cubiertas por cúpulas rebajadas, una de ellas con grandes ventanales del siglo XIV de arcos muy apuntados. En el lado de la Epístola está la sacristía construida en el siglo XVIII por el arquitecto trasmerano Ventura Padierne. En definitiva, un templo que maravilla al visitante por su grandeza y el importante patrimonio que entre sus muros alberga.