Iglesia de San Pedro

La iglesia de San Pedro sorprende por su imponente espadaña, visible desde varios miles de metros a la redonda. Su gran altura despunta sobre el cielo amusqueño ostentando el sobrenombre de Pajarón de Campos, se configura en cuatro cuerpos, adosándose al poniente del templo en el siglo XVII. El edificio se asienta en el centro de la localidad, afrontado al ayuntamiento y a la sinagoga, en una plaza esmeradamente cuidada, que rezuma historia por sus cuatro costados.  

La fábrica actual se remonta a los siglos XV, XVI y XVII, aunque su origen data del XII, con interesantes vestigios románicos entre sus bellos sillares y una excepcional portada tardo románica que se labra en el siglo XIII, que presenta siete arquivoltas, la exterior es dentada y todas se asientan sobre otros tantos capiteles, hasta catorce, labrados con motivos vegetales. Asimismo, es de interés la portada que se abre al muro de la Epístola, esta del siglo XII con interesantes símbolos zodiacales. Consta de una gran nave principal con pilares laterales adosados con arcos de medio punto. Las bóvedas tienen adornos con yeserías barrocos, obra de Felipe Berrojo en el siglo XVII. En su interior cabe mencionar el gran retablo de estilo barroco firmado por Francisco Tejero en el siglo XVIII. La sacristía custodia varias obras al estilo de un gran pero pequeño museo de arte sacro, destaca una talla de la Virgen con el niño del siglo XIII, un Cristo Crucificado gótico del XIV y una Santa Ana, triple obra de Alejo de Vahía.