Bautizo del Niño, Fiesta de Interés Turístico Nacional
El Bautizo del Niño: Una tradición palentina que perdura en el tiempo.
El Bautizo del Niño, una de las festividades más emblemáticas y reconocidas de Palencia, es un testimonio vivo de la historia y la devoción de la ciudad. Esta celebración, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, se lleva a cabo cada 1 de enero, congregando a ciudadanos y visitantes en torno a la histórica iglesia de San Miguel del centro de la ciudad.
Orígenes y significado histórico.
La tradición tiene sus raíces en el siglo XVI, vinculada a la Cofradía del Dulce Nombre del Niño Jesús, fundada en las cercanías del antiguo barrio judío. La ceremonia, que se ha mantenido inalterable a lo largo de los siglos, no es solo un acto religioso, sino un evento cultural que refleja la identidad de Palencia.
El día comienza con una misa solemne en la que los hermanos de la cofradía acompañan por primera vez la imagen del Niño y cuando la festividad alcanza su punto álgido es con la procesión, que parte alrededor de las cinco de la tarde desde la iglesia de San Miguel.
El despliegue de la tradición.
La procesión se distingue por dos momentos cumbre: la "Pedrea de confites" y el cántico del "EA". Mientras la imagen del Niño Jesús es mecida en andas por los cofrades, se lanza una lluvia de confites y caramelos a la multitud. Simultáneamente, el popular villancico "EA" resuena en el aire, entonado por los asistentes, creando una atmósfera de fervor y alegría colectiva. La jornada culmina con la banda municipal interpretando el himno de Palencia a los pies de la imponente torre de San Miguel.
El carácter único de esta celebración se ve realzado por la participación de numerosas personas ataviadas con el traje típico palentino. Las mujeres, en particular, lucen una banda dorada, un reconocimiento otorgado por Juan I en honor al valor demostrado por las mujeres palentinas en la defensa de la ciudad.
En definitiva, "El Bautizo del Niño" no es solo una fiesta, es una ventana al pasado de Palencia, una manifestación de su herencia cultural y un acto de cohesión social que se renueva cada año, asegurando que esta valiosa tradición continúe siendo parte del futuro de la provincia.

