Las Tuerces

Geoparque Mundial Unesco Las Loras

El Geoparque Mundial Unesco Las Loras es un espacio de la Red de Geoparques de la UNESCO, situado entre Palencia y Burgos y es el resultado de una iniciativa local con el triple objetivo de fomentar el desarrollo sostenible a través del turismo, proteger su valioso patrimonio natural y cultural, e investigar y divulgar esta riqueza. Fue incluido en la Red de Geoparques Europeos el 5 de mayo de 2017.

El territorio se caracteriza por un paisaje de altos páramos y cerros divididos por espectaculares cañones fluviales, creando un mosaico de hábitats que sustentan una diversidad de flora y fauna, muchas veces amenazada. Para facilitar su descubrimiento, el geoparque ha acondicionado y señalizado varias rutas a pie que dan acceso a sus puntos geológicos más destacados y ha publicado un folleto que integra estos lugares con el extenso patrimonio de la comarca, que incluye desde yacimientos arqueológicos (castros y dólmenes) hasta monumentos románicos y prerrománicos, un tesoro que encierra el paso del tiempo.

Lugares de Interés Geológico.

Es el principal motivo de declaración del geoparque. El atractivo no reside en una formación o lugar único de interés, sino que a lo largo de los casi 1000 km² del Parque encontramos al menos 12 lugares de interés geológico (geosites), con casi 100 elementos geológicos. Algunos puntos destacables son la Cueva de los Franceses, las Tuerces o el Cañón de la Horadada y del Rudrón y Alto Ebro.

Fauna y Flora. Espacios Naturales Protegidos.

Lo más destacable de este lugar es la variedad de hábitats que se pueden encontrar a lo largo de su extensión, debido a ser zona de transición entre el dominio eurosiberiano y mediterráneo:

  • En las riberas de los ríos Pisuerga, Ebro y Rudrón se localizan las típicas formaciones ripícolas como alisedas (Alnus sp.), fresnedas (Fraxinus sp.), saucedas (Salix sp.) o choperas (Populus sp.)
  • En las numerosas cuevas y simas del modelado kárstico se dan cita distintas especies de murciélagos, además de gran variedad de comunidades de invertebrados.
  • En las laderas rocosas de los páramos se encuentra flora rupícola y pulviniforme. Sirven además de lugar de asentamiento a numerosas rapaces.
  • En los terrenos más llanos y con un relieve más propicio, se puede disfrutar de bosques mediterráneos de quejigos (Quercus faginea), encinas (Quercus rotundifolia), coscojas (Quercus coccifera), enebros (Juniperus sp.) y madroños (Arbutus unedo). En las laderas más umbrías se puede completar nuestro itinerario florístico con la presencia de hayas (Fagus sylvatica), avellanos (Corylus avellana), tejos (Taxus baccata) o tilos (Tilia sp.)
  • Toda la diversidad que se ha enumerado se aglutina en las diferentes zonas del Geoparque: Espacios Naturales Protegidos, Zonas de Especial Conservación para las aves y el propio Parque Natural.

Interés Cultural.

La comarca de Aguilar es uno de los centros neurálgicos del románico peninsular, con su increíble Monasterio de Santa María la Real. En el entorno de esta localidad se puede observar, además, numerosas iglesias, ermitas románicas y eremitorios rupestres, destacando el de Olleros de Pisuerga. En el resto del Geoparque destacan los yacimientos arqueológicos, como el Menhir de Canto Hito, el dolmen de la cabaña, restos de antiguos campamentos romanos o necrópolis altomedievales de gran relevancia, como es el caso del Monte Bernorio.

Pero... ¿Qué es un Geoparque?

Un Geoparque es un territorio definido que combina un patrimonio geológico único con una estrategia de desarrollo local. Debe tener una extensión suficiente para impulsar su propia economía. Aunque no es una figura legal de protección, su objetivo principal es contribuir a la conservación y difusión de su geopatrimonio. Por ello, se centran tanto en su riqueza geológica como en la calidad de vida de sus habitantes. En esencia, utilizan los recursos naturales de la zona (minerales, formas del relieve, fósiles, paisajes, etc.) para educar sobre el medio ambiente, fomentar el desarrollo sostenible a través del geoturismo y proteger elementos geológicos en riesgo.

El concepto va más allá de la geología: busca integrar las características geológicas con el resto del patrimonio (natural, cultural e intangible) del territorio. Sus objetivos abarcan educación, investigación, divulgación del patrimonio, comunicación y difusión de las geociencias.

El 17 de noviembre de 2015, los 195 países miembros de la Unesco dieron luz verde a la nueva categoría de Geoparques Mundiales de la Unesco. Esta decisión, tomada por su órgano de gobierno (la Conferencia General), reconoce la importancia de gestionar los lugares de interés geológico.