Iglesia de San Cornelio y San Cipriano

Nos encontramos ante un imponente templo que ostenta la declaración de monumento Histórico Artístico desde el año 1994. Su trazo original se enmarca en el gótico con fábrica inicial del siglo XIII. En la actualidad San Cornelio y San Cipriano es la iglesia parroquial de la localidad. Se emplaza en el corazón del núcleo poblacional, preside el centro de la Plaza Mayor, destacando por sus impresionantes dimensiones. Es de una nave con crucero, adosa una espectacular torre de sillería, con varias edificaciones en su cabecera. El acceso principal se realiza por la fachada meridional a través de un atrio que protege una portada gótica con arquivoltas.

Pero si el exterior de la edificación impresiona, el interior del templo no se queda atrás. El templo custodia valiosas joyas patrimoniales que provocan gran expectación. Cabe destacar el espectacular retablo mayor del presbiterio, se atribuye al taller de Juan de Valmaseda. El retablo se conforma de tres calles y cuatro entrecalles, éstas últimas con imágenes ubicadas en hornacinas aveneradas. Cuatro retablos más, tres de estilo barroco y un cuarto de estilo rococó, se ubican estratégicamente en el lado de la Epístola. En el retablo rococó destaca una magnífica talla de Santa Ana, de Alejo de Vahía. El escultor J. Rozas en el siglo XVII firma una excelente imagen de la Virgen con el Niño, sin olvidar la talla del Nazareno, del mismo autor, ambas son alojadas en uno de los retablos del Evangelio. Varios retablos más, todos ellos de estilo barroco, lucen espectacularmente en dicho lado.

La sacristía del templo nos sorprende con varias pinturas de las que destacamos un lienzo de la Virgen con el Niño y Santa Rosa de Lima, datada en el siglo XVII, obra enmarcada dentro del estilo de la escuela sevillana. Los artistas Juan de Matienzo y Pedro de Caraza construyen el coro en 1498, tal como se puede deducir en una inscripción que dignifica a los autores, constatando el año de fabricación.