Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua

El templo de Nuestra Señora de la Antigua destaca por sus grandes dimensiones, digno de las iglesias catedrales de esta tierra de campos. Comenzó a construirse en el siglo XIII, siendo reformado y ampliado en los siguientes siglos. Se configura en una sola nave de cuatro tramos con muros de piedra de sillería. Tiene dos portadas de acceso. Una se sitúa a los pies del templo, con arco apuntado. La otra se abre en el lado de la epístola.

En el interior, en el lado del evangelio, se puede ver un sepulcro con figura yaciente. En una capilla se encuentra un retablo neoclásico del siglo XVIII, con esculturas y pinturas de diferentes épocas. Hay que destacar el Retablo Rococó fechado a mediados del siglo XVIII, también con interesantes esculturas y pinturas. El retablo del siglo XVII consta de pinturas de los cuatro Evangelistas, de San Joaquín, Santa Ana, San José y La Virgen del Carmen del siglo XVIII.  En el Presbiterio, destaca el Retablo Mayor, diseñado por Lucas Ortiz y ejecutado por Alonso de Manzano en 1711. Los relieves y las esculturas están atribuidas a Pedro de Ávila. En el lado de la Epístola se encuentra un Retablo Barroco que data del primer cuarto del siglo XVII, con escultura de Santa Barbará, atribuible a Pedro de Ávila, en el primer cuarto del siglo XVIII y un Retablo Rococó fechado en el último tercio del siglo XVIII. El Coro se encuentra un antepecho Plateresco fechado el primer cuarto del siglo XVI. De mediados del siglo XVIII data la caja del órgano de estilo barroca. En la Sacristía, se encuentran dos espejos rococós del siglo XVIII. Del siglo XVII, data un Cajonería y un Crucifijo. Del siglo XVIII se conserva la pintura de la Dolorosa. Fechado en 1797 se encuentra la Pintura del Cristo a la columna. Del siglo XVII la pintura de la Piedad, y otra de Cristo y un lavabo del siglo XVII.