Ermita de San Miguel

La ermita de San Miguel se localiza fuera del pueblo, al pie de la carretera que une la localidad con Frómista. Su estructura es sencilla sin grandes cambios, por lo que es posible que solo existiera una fase constructiva a inicios del siglo XIII. Consta de nave rectangular y cabecera plana cubiertas al interior con bóveda de cañón apuntada, y está realizada en sillería de caliza.

En su exterior destaca, no solo el buen acabado realizado por los constructores, sino también un arco apuntado de descarga en el muro occidental. Justo debajo de él, la portada muestra orgullosa un vano geminado y un arco de medio punto. Además, tiene espadaña. Como es habitual en el románico, los aleros conservan canecillos, en este caso, con decoración geométrica a excepción de dos figurados de factura tosca. Éstos componen la única muestra de ornamentación escultórica del edificio.  Además, en las ventanas que se abren en sus muros se puede observar como en el momento de su construcción, el románico empieza a mezclarse con elementos góticos.