Monasterio de San Salvador

El monasterio de San Salvador se encuentra en las inmediaciones del caserío de Nogal de las Huertas. Se trata de un cenobio fundado por la Condesa Elvira Sánchez en 1063, gozando de esta manera de la protección real. Años más tarde, el rey Alfonso VI lo reúne bajo la orden benedictina, pasando de esta manera a ser el priorato más importante dependiente del Monasterio de Sahagún. Sin embargo, su iglesia no fue consagrada hasta mediados del siglo XII por el obispo Raimundo de Palencia, como constaba en una inscripción. Con el paso del tiempo fue perdiendo importancia, y aún más desde la fundación a finales del siglo XIV del monasterio de San Benito en Valladolid por miembros de esta congregación. Con la desamortización fue vendido y utilizado para usos múltiples, haciendo que poco a poco fuera cayendo en ruina, estado que no ha sido evitado ni siquiera, por la declaración como Monumento Histórico Artístico en 1931.

La construcción que hoy en día se conserva es producto de diferentes modificaciones: a mediados del siglo XI, en el siglo XII y entorno al 1200, la última ampliación. Así, está levantado en sillería y mampostería y consta de tres naves. En los años 60, además eran visibles hasta seis inscripciones de diferentes momentos del monasterio (consagración, escultor, fundación, lápidas funerarias, etc.).

En el exterior destaca sobre el conjunto la altura del presbiterio en estilo tardorrománico, así como las dos portadas. Una de ellas de arquivoltas apuntadas decoradas con bocelones y capiteles de hojas de acanto, y otra de arco de medio punto con dos arquivoltas.

Al interior, aún se pueden apreciar algunas cubiertas originales como la bóveda de cañón del ábside central y la de cañón apuntado del presbiterio. Es aquí donde pequeñas joyas se esconden. Así, en el arco triunfal de la capilla mayor, dos capiteles con decoración vegetal y una figura humana datados en el del siglo XI resisten y aguantan el paso del tiempo.